sábado, 11 de agosto de 2012

EN EL PURGATORIO*


están tu y luego yo
estás tú y después yo sentados
el uno sobre el otro como si
dos orillas hubiesen cosido
sus desechos y supieran
de su distancia y luego tú
bastante bucólica como siempre
humedeces tu boca con lejía
y prendes los corolarios del libro de Zurita
vaciando el retrete de escaños en los circos
y después voy yo
ensimismado con la idea de ser pólvora
hablando de la fosa común de tus ojos
y la situación se complica y se desoyen los jarrones
-los focos aparecen y estamos tú y luego estoy tú- mirándonos
como bestias entre
un desierto de sábanas y plástico usado
como tus plenos muslos
sin olvidar al paso
que estamos tú y yo supurando
tocándonos en embestida cuando
han sido ya las horas de acostarse
con noventa grados de impureza
con la manía incontestable de parecer niebla
bayoneta y líquido
rozándonos entre la ciudad
haciendo que bullan sus alcantarillas y sus estatuas
sigan siendo estatuas - horrores de roca
sobre un inmenso desierto

y (luego) ocurre que pronto
explota el búnker y se vuelve a respirar
-encontrándonos con la reyerta a camisa fundida

cuando sinceramente
estás tú y (después) estoy yo
sentados el uno encima del otro
(mutilándose nuestras sombras sobre la chimenea)
deseando




Deseando 





(* libro de Raúl Zurita)


Quique Martín

2 avisos desde la frontera:

míriam dijo...

Quique, felicidades.

Anónimo dijo...

¡Fantástico!

Publicar un comentario