sábado, 14 de mayo de 2011

Tienes que votar

Tienes que votar
porque es tu derecho
porque es tu deber
porque mucha gente ha muerto
para que tú puedas votar

Si no votas
luego no podrás opinar

Si no votas
es porque pasas de la política
(y lo mejor es cuando esto te lo dice alguien
que piensa votar a un partido sin haber leído
un puto programa electoral.
Ni siquiera el del partido al que piensa votar)

Si no votas
luego no te quejes

Si no vas a votar...
¡al menos vota en blanco!

Si no votas
tú opinión no será tenida en cuenta

(porque si votas seguro que sí,
si votas estoy convencido de que tu opinión
será realmente importante)

Si no votas
no-eres-nadie

this is the quiestion...votar o no votar
votar o no ser

***

pues ahí va mi respuesta:

No voto
porque nunca el Poder se ha preocupado por el de abajo
y yo no quiero ser cómplice del Poder.

No voto porque
si los medios no se preocupan por otra cosa que no sean las elecciones
si los partidos políticos se matan por un voto
si desde pequeños nos han inculcado lo importante que es votar...
¿no deberíamos sospechar?
¿a quien le interesa mi voto: a mí o al Poder?

No voto
porque esta democracia es mentira
y no acabaremos con ella mientras pensemos
que es el mejor de los sistemas posibles.
Porque hay vida más allá del Parlamento

No voto
porque puedo hacer política cada día
sin necesidad de ir a las urnas

¡y opinaré lo que quiera!
¡criticaré lo que quiera!
¡me quejaré todo lo que me de la gana!

***

pero... vota
vota aunque sea
para que no gane el PP
Éste es
mi voto útil: escribir un poema

ah! y no seas tan cínico como para decirme
que mucha gente ha muerto
para que yo pueda votar.
No murieron
para que viviésemos en esta mentira.

sábado, 7 de mayo de 2011

Con lo frágil

A Celia Gómez Roger


con lo frágil
apenas sin inmutarse
amapola linda con lo frágil
a trocitos construye
destruye las palabras grandes
y estoy dispuesto a preguntar
por qué los pájaros
migran
entonces,



al final todo
sin darse ya cuenta
retumba en su cuerpo


todo


construye, lo juro
con lo incierto
con lo inútil


conmigo
-sin necesidad de un nombre para este delirio-



con lo frágil, su revuelta,
esa mirada




Enrique Martín Corrales