jueves, 28 de febrero de 2013

FRAGGING


FRAGGING
( treinta y un apuntes sobre la fragmentación)


  • No os enamoréis del poder.
    Michel Foucault.


  1. retire el seguro del explosivo
  2. compruebe sus lágrimas,
  3. no visite su propio hogar
  4. Recuerde
  5. procure mirar a los ojos a su enemigo, soborne a los soldados-
  6. usted sabe que en los bolsillos de los oficiales
  7. que en sus sonrisas y sus látigos
  8. en sus bocas abiertas
  9. (Recuerde)
  10. el color de las plazas metálicas
  11. haga relucir sus lentes, vigile a su enemigo, no dé la espalda a los Perros
  12. no todo son números en el olor de la carne
  13. importa más la patria que la democracia” (1936 – 2013), ya sabe;
  14. los reptiles superarán la destrucción.
  15. sienta los músculos y las piernas arqueadas
  16. sienta el impulso, las palabras
  17. Recuerde,
  18. Note cómo se termina el tiempo;
  19. Asegure el perímetro y la supervivencia,
  20. -el zumbido inmóvil de la muerte-
  21. encienda los días con cuchillas de afeitar
  22. (propongo reorientar los pulmones)
  23. no dude en apretar su lengua
  24. el gatillo
  25. ¿qué nos pertenece?
  26. (a veces merece la pena) el dolor
  27. el Dolor
  28. el viento y el gemido
  29. -retire en el aire los gramos de explosión-
  30. no avise a los servicios médicos:
  31. los pecados caerán en el olvido.

martes, 12 de febrero de 2013

NOTA PARA UN APARTAMENTO URUGUAYO


A Joan, con unos cuantos motivos


No olvido tus consejos. Cuando decías: en este cuerpo no merece la pena conversar. Salgamos a fumar un cigarrillo. Uno tras otro. Aunque cada vez sea más líquida la extrañeza. Como la ceniza en una tarde de barrio con horas desencajadas. Y varias noches que no saben estar despiertas. Esto es una pequeña memoria de lo que volverá, recuérdalo.
                                                       Pues quizá sólo se recuerde lo que no dejas que se marche. (Partiendo siempre). Lo de las deudas lo dejamos para el tiempo; tú cuida mucho de la niebla. Al otro lado del Océano tampoco conseguirán colonizar tu boca. No olvido tus consejos. Ni el calor, 
ni las semillas.

                   Dale propina al mensajero. Y pon buena música.


Ya sabes que desde ahí, siempre dispararemos juntos.











Q.

lunes, 11 de febrero de 2013

LA HISTORIA NUNCA NOS ABSOLVERÁ



Antes, los días eran colmillos salvajes. La guerrilla andaba por los alrededores y los pasteles se quemaban. Había un ring de mocos y sábanas sucias. Ya sabéis. Ésos paraísos perdidos en los espejos. Allí había algo de sinceridad. Y de niebla. Y de susurros. Recita otra vez ésos versos mientras follamos. No todo tiene que ver con la saliva. Ni con la palabra “saliva”. Los uniformes de camuflaje. La militarización de la noche. Había que elegir entre las ingles o la ciudad desierta. Entre tanto follaje... ¿Siente la certeza de estar fuera de lugar? (Sub-Marcos). Ya lo dije cientos de veces: no dejo de marcharme; la conciencia de irse, siempre. Reset, reset: antes tenía muchas más estanterías en los labios, muchos más libros cerrados en la voz. Y ahora también la rabia. Ahora se acercan como animales hambrientos. Con los poros de un marfil desusado y los bolsillos llenos de guijarros. -Coloreando las zonas derruidas, los sueños sin-techo-. El placer que va ahuecándose en la memoria. Imagino una explosión en el último bronquio del tiempo. Algo que colapse lo que va convirtiéndose en recuerdos. En cada instante todo puede arder y ser justo (W. Benjamin). ¿Dónde quedaría la democracia, entonces? Y jadeabas. (La cuestión de hacer presentes a las víctimas) Y no siempre había un vuelo a ninguna parte. No siempre hubo puñales sin causa. Por aquel entonces teníamos menos años. Como menos eternos, digo yo. Engullíamos los colores con aceite hirviendo y jugábamos a los disparos. A las terapias de choque sobre el cansancio de los domingos; cuando las iglesias cantan la alegría del proletariado. Y lo peor de todo fue que Holloway no nos mencionó en sus textos. No conoció tú habitación, ni sus paredes blancas, ni sus rebeldías. Los vasos apurados de güisqui. No todo tenía que ver con el Poder. (Y gritabas. Y gritábamos). No todo tenía que ver con el Poder... La pregunta más fácil, la pregunta de los cuerpos. Y que todo termine. Allí descubrimos que todo podía ser más despacio.


Seudónimo

jueves, 7 de febrero de 2013

DIGRESIÓN I


Es objeto de duda, que haya en mí eso que llaman espíritu. Es objeto de duda, repito. Han vivido hombres grandiosos que por su certeza irrevocable han martilleado su espíritu, hasta hacerlo ceniza. Estatuas de roca convertidas en arena. ¡Qué quedará de nuestro cuerpo! Pues ya lo decía Spinoza: el alma es la idea del cuerpo.

Es objeto de duda, que exista eso que llaman Dios. Que llaman Dios con muchos nombres, porque es indudable que no existe el Nombre. Más bien, Palabra o Acto. Otros han envilecido su duda argumentado categóricamente a favor de la servidumbre, la sangre y la esclavitud, por ése santísimo Nombre. Si no hay duda de Dios, no existe Dios. Existir es un intento desesperado. Toda verdad es síntoma de crueldad.

¿Silenciaremos los equívocos con palacios ausentes? ¿En boca de quién quedará escrita la verdad? No hay más testigos de la verdad que aquellos que mueren por la verdad. Por la verdad de los que deciden no dudar. (¡¿Hacia donde caminan nuestros pasos?!) La verdad es morir a manos de la verdad: ¿en qué horrible encrucijada nos encontramos?

Incluso la duda es dudosa, puesto que si no, no sería duda. A Descartes lo dejamos de lado, y volvemos a la tierra, que es de donde venimos. ¿Silenciaremos la enfermedad con cuadros y cúpulas recubiertas de oro? ¿Por qué no volvemos a Pagola, a los indígenas, a los heridos? En la verdad encuentro las ceremonias eclesiales, los rituales proféticos, la hostia caminando por mi esófago, hoc est enim corpus meum... ¿que Palabra no permitirá que goce de mi cuerpo?

El palacio de los saqueadores. El Palacio de la Verdad. El que marca el tiempo, los sonidos de las campanas: saborear lo insípido. No es cuestión de establecer si el Silencio (pues si no hay nombre, hay Silencio) está más allá o más acá de aquí o de allí; en qué estadio de la plenitud encontramos al pecador o si hay una manía persecutoria en la caza de brujas. Lo importante es que está allí o aquí, que hay una distancia, una lejanía, y por tanto, una cercanía. ¿En manos de quién está hablar sobre lo que recubre mis entrañas? ¿Quién mata desapasionadamente por los nombres?

Es objeto de duda mi fe. Y por la fe se han movido montañas. Destruido los paisajes. Yo considero, desde mi arrogancia más humilde, que la fe es cada piedra que se tambalea en la ascensión hasta la cima. La que te permite saborear el paisaje una vez colmado el camino. Es objeto de duda mi fe, porque es fe. ¿Razones para creer (el racionalismo se pone la capa)? Muchas. ¿Para creer en “Qué”? Pocas. Hay algo que se destruye cuando el lenguaje entra en mi voz; puedo admitir que existo, a veces, fuera de éste lenguaje usado por la verdad, los nombres y los soldados. Fuera de esas palabras que no hacen sino construir más muros.

La duda no es la única salida, es una de las salidas. En la duda no hay lenguaje, no hay Palabra, no hay orden. Yo considero, abiertamente, -me expongo- que eso, de lo que dudo, que tiene por “nombre” espíritu, es una separación. Una separación de las síntesis absolutas del lenguaje. Un grito en el centro mismo de la comunión, pues no hay comunión sin dolor, ni dolor sin grito. ¿Por qué no cesan las palabras que me invaden? ¿Por qué santifican sus nombres y entonan tan hastiados Discursos?


En este cuerpo se pudren sus advertencias.



SÖREN H.H

lunes, 4 de febrero de 2013

las testigos del denunciante


dijisteis
dijisteis no
temblando pronunciasteis grito
-cuando un grito no puede explicarse
señor juez-
nerviosas pero seguras
afirmasteis violencia
mientras la paz
no regurgitaba en vuestros labios

cuando os levantéis
-y no precisamente de las sillas
de la sala 16 juzgado de instrucción nº6-
recordad el nombre
de ese que ahora tiene la barba más larga
que el día de los hechos

nos veremos en las calles
luchando juntas