martes, 11 de febrero de 2014

Carta a Julia


Cuando ya no nos sirva de nada eso de
“cambiar el mundo”
-y nos insisten con tanto empeño
respecto a la imposibilidad de ello,
que quizás
deberíamos sospechar
por contra
que es más fácil de lo que creemos-
entonces,
piensa Julia
que tú eres el mundo

Entonces te digo
que queda un reducto
un lugar impreciso entre la playa de Xeraco
y Gandía
a mitad camino
pero -siendo honestas-
algo más cerca de Xeraco
(en este punto del poema
puedes reírte)

Te diré
que tus ojos siguen cautivándome.
Será que los descubrí
poco antes del crak,
por entonces se llamaba “recesión”
¿te acuerdas?
Y ¿te acuerdas de que aquel año 2008
depositábamos nuestras esperanzas
en la victoria del PSOE?
¿aun te sorprende que te diga
que has cambiado?
¿recuerdas que Julia
nos comentaba que se nos venía encima
una muy gorda?
No entendíamos muy bien
-aunque tú más que yo-
y seguimos sin entender demasiado
o incluso menos

Hemos estado dedicando el tiempo a disolvernos,
a tantear sin rumbo fijo
y con angustia
nuestras posibilidades de futuro.
Más allá de todo eso,
o pateando con alegría “todo eso”,
y con una calma parecida
a tomarme un café contigo,
te digo:
conservamos el cariño,
estamos perdiéndonos
-no la una a la otra, sino
perdiéndonos
sin dejar de dar la cara-
somos invencibles
porque solo queríamos bailar
y no
lo hemos olvidado


J.