dirán
que todavía
justo
en estos momentos sus
momentos,
mejor dicho (de la mejor manera posible)
les
falta tiempo (sus momentos, repito)
para
investigar la muerte
del
Niño (que yo veo rebuscar en sus rodillas)
porque ustedes ya saben (en general, se entiende)
que
la situación está como está
no
hay dinero, y hay que recaudar (le cogí
asco
a esa palabra desde que el Papa la nombró)
pero
eso sí (para que no quepa duda) se verán
(próximamente,
de verdad; mientras sigan
esculpiendo
sus tumbas) recom-
pensados
con unos edificios
-jodidamente-
altos y unas cuantas
posibilidades
de hacer la Revolución (con mayúsculas eso sí),
en
definitiva, hablarán de matemática y gula
como
tantos otros han hecho (lo de la muerte colectiva, claro)
mientras
se grapan los bigotes sobre sus cartillas bancarias;
acto
seguido, para finalizar, dice:
al fin y al
cabo, un niño no es un Niño,
y la
Propiedad es la Propiedad.
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