Asamblea de Tarongers, 2
de octubre de 2013. Hay que tomar una decisión ya: ¿qué hacer el día
24 en el que se ha convocado una huelga general educativa? La
asamblea de Blasco, ante la falta de consenso, no convocará. Parece
que en Tarongers existe un consenso sobre sí secundar la huelga... y
entonces sucede lo inesperado: se alzan voces contrarias a participar
en la huelga (los argumentos a favor o en contra ahora no vienen al
caso). Y empiezan las tensiones, los alzamientos nerviosos de voces,
los que hablamos demasiado y no sabemos mordernos la lengua, etc.
Pero sobretodo sucede una cosa: la desmoralización. La sensación de
que generar un proyecto en común no es posible. Y está claro, en
este punto para nadie hay justicia: aquellas que quieren convocar
huelga no podrán ante la falta de disenso; mientras que si se
convoca la huelga, las que consideran que no se debe secundar, habrán
de reprimir su opinión.
Bueno, ¿y si tratamos
de darle la vuelta a la tortilla? Intentemos, aunque parezca difícil
y ahora mismo estemos un poco ofuscadas, ver lo positivo de la
situación. Asumamos que existe un claro disenso en el seno de
nuestras (y remarquemos lo de “nuestras”) asambleas. Y una vez
asumamos ese disenso como propio (y asumirlo implica no molestarnos
por esta situación), ya podremos trazar un común con alegría. Y
puede parecer un poco cínico hablar de alegría con la que esta
cayendo. Como bien señalaban muchas compañeras (favorables a
participar en la huelga) en la asamblea de hoy, ante la convocatoria
del 24 de octubre nos urge tomar decisiones, actuar, movilizarnos.
Pero la urgencia de actuar viene de lejos, existe no solo desde que
surge el capitalismo, sino desde que existe la explotación. Llevamos
ya muchos siglos en crisis (el capitalismo es crisis), viviendo día
a día en la urgencia. Es por eso que algunas “reivindicamos un
tiempo de excepción”1,
un tiempo que sea nuestro, en que tomemos decisiones colectivas. Pero
ante todo, un tiempo para amarnos...
Porque sin amor esto no
lo sacamos adelante. Amor es la opción anticapitalista por
excelencia. Me contaba hoy un compañero que conoció a sus dos
mejores amigas en un piquete. Es una historia preciosa. Amamos
luchando. Luchamos amando. Ahora hablo de lucha, y no obstante he
sido una de las personas que con más énfasis (y demasiada demencia
en ocasiones, pido disculpas) ha rechazado sumarse a la huelga, ¿por
qué? Creo que para amar bien hace falta tiempo, calma, paciencia. De la misma forma que todo esto hace falta para construir un mundo radicalmente diferente al que conocemos. “Cuando nos involucramos en la producción de la subjetividad que
es el amor (…) estamos produciendo un nuevo mundo, una nueva vida
social. (…) El amor es un acontecimiento ontológico en la medida
en que señala una ruptura con lo que existe y la creación de lo
nuevo.”2.
Amar es, entre otras cosas, compartir con el otro, con el que piensa
diferente. Así que demos la bienvenida al disenso, y con él a
cuestas, avancemos juntas. Solo juntas podremos superar todos los límites para ir más allá.
Jorge B.
1Enrique
FALCÓN: Prácticas literarias para el conflicto. La
Oveja Roja, Madrid, 2010.
2Michael
HARDT y Antonio NEGRI: Common Wealth: el proyecto de una
revolución del común. Akal,
Madrid, 2011.
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