LA
RESURRECCIÓN DE MARAT
(flash-back)
licuando
meretrices perpetuando
cicatrices
en las bachatas del sexo
le
ofrece su mujer un zumo
de limón
recto elevando
la
mecedora se tranquiliza el equilibrio
los
pájaros amarillos sobre
un
sendero de tres pasos no más
hedor
gas la inclinación necesaria
para
escupir afuera de la cancela
lluvia
amarilla, después de todo
no
conoce otra piel que el orín
y
plástico de revistas adulteradas
cartón
de cajetilla y vainas legibles
por lo
que ya está cansado de preámbulos
prólogos
sin orgasmos el silencio
aburrido
de la incineradora el gemir
de las
llamas despidiéndose del humo
e
impolutos de una vez sus orificios
y
delineadas las pecas de forma
absolutamente
correcta se dispone a
engullir
su podrido zumo escuchando
la
avenida y los cacharros femeninos
-odiaba
sus gestos por encima de la tristeza-
y la
primera gota taladró las paredes del esófago la
segunda
mordió débilmente la almohada
la
tercera suplicó un hueco además del abismo
y la
siguiente tuvo unos hijos extraños
y la
siguiente bramó
bramó
y la
mujer
en la
distancia de un crepúsculo
como de
vigas ausentes,
lo mira
lavando
todas las copas
antes de
marcharse
Quique Martín
1 avisos desde la frontera:
Sobrecogedor.
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