la destrucción
ésa será la gaviota
o la pérdida, si pujamos
con el cielo
sus retinas fértiles
sus palabras
al fin
y a la postre
qué esperar
de esta tierra
cansada
famélica
que duerme
bajo las primeras lluvias
como un látigo
roble sutil
en las venas abiertas
desde un principio
pues, qué otro remedio:
resucitar
las raíces de las aves
para que
no nos cojan
todavía
enterrados.
E. Martín.
Olor a tabaco
-
Hoy se llevó la grúa el coche de mi padre.
Llevaba años bajo un galpón azul.
Un viejo carpintero había desarmado el motor
en busca de metales precios...
Hace 23 horas
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