ésta es mi deuda:
arrancar los pasos de los frutos de la serpiente,
deletrear el augurio por encima de mi nombre,
entre maleza de nervios y la catástrofe del trigo,
curando ventanas, trazando lágrimas,
desgañitando mi lápida por debajo de la piel,
cobrando en estigmas las veces del silencio.
-resurrección del vaho
Miro la imposición un instante
(antes que la retina):
los árboles se abren
con la tragedia en sus músculos.
Enrique Martín
Despropósitos de la globalización
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Esta mañana en el supermercado me encontré
con unos arándanos que venían
-no me pregunten cómo-
de Sudáfrica, Perú y Zimbabue.
A pocos kilómetros del su...
Hace 8 horas

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