a EL o a ellas, que es
lo mismo
este
poema es a la puerta del supermercado girando
donde
están las yerbas largas que de todas formas
no
cubren la superficie del parque donde corría el perro
que
escapó aquella noche. No fue una huida
corría
como si estuviera dispuesto a ganarnos
o a
llegar hasta donde se abre el agua como una grieta
en la
puerta de las desconocidas. Subiremos al coche
para
comprar algo de comida
como
tránsfugas que no quieran aceptar lo sucedido.
Pero
resulta que si queríamos. Más de lo que pensamos
en aquel
momento.
este
poema es una mentira bien abierta en las mañanas de los lunes y es
por eso
que no
vamos a pronunciar la palabra mentira
porque
después de los bombardeos en Gaza no tiene sentido
como no
tiene sentido sucumbir
cuando
la entrada está prohibida pero no se alcanza con la vista
la
llegada del matarife. Arrancaste los mechones de tu pelo
para
guárdalos esperando un mejor momento
en que
recolectar la metralla que se esparce. Y anudaste los escombros.
Para ver
desaparecer los huertos y las plazas con iglesias.
Permanecí
asomado al balcón esperando una señal de alerta
que
habría de venir cogiéndome por la cintura. Nuestros gritos
tendríamos
que guardarlos como espejos tapados con banderas.
Trepaste
por el ancho de la boca con la seguridad de las termitas
lo cual
con toda seguridad quiere decir
que
habremos de ventilar las sábanas antes del verano
este
poema cubre los espantos solo de aquellas cuya sonrisa
es una
lenta aproximación a las insurrecciones fracasadas.
Por
supuesto: asumimos que toda derrota traerá consigo
un
recuerdo de como nos atrincheramos
un
recuerdo: no supimos que nos golpearían así que se nos alargó la
noche.
No
supimos que día sería porque no abrimos las persianas.
jorge brunete
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