martes, 22 de enero de 2013

¡ALA! (sobre el movimiento estudiantil)


1- Una asamblea debería ser divertida. Pura emoción. Cuando una asamblea sucede los que participan de ella no ven el momento de que acabe para pasar a la acción: llevar a cabo aquello que han decidido entre todxs.

2- Una asamblea debería ser un espacio de diálogo. Un lugar creado para el encuentro. Allí donde todxs somos iguales. Donde no hay liderazgos prefijados y asumidos.

3- Pero sucede aveces que nos reunimos en asamblea semana tras semana. Con un calendario preestablecido que no atiende a la realidad: todos los martes a las 14.00 asamblea... pura rutina.

4- Pero sucede que semana tras semana somos lxs 20 de siempre mirándonos las caras. Preguntándonos qué hacer para que venga más gente a las asambleas. Soñamos con asambleas masivas pero ahí estamos lxs 20 de todas las semanas.

5- Una asamblea debería ser pura acción (medio de acción y acción en sí misma en la medida en que recuperemos la contundencia de la palabra que los medios de comunicación, entre otros mecanismos de control, nos ha arrebatado). Pero sucede aveces que nos dormimos (pero sin soñar), vamos a la asamblea porque “hay que ir” pero estamos deseando que acabe.

6- Una asamblea debería ser una brecha en lo cotidiano. Una ruptura. Una excepción. Pero sucede que lxs 20 de siempre nos convertimos en los monos de feria que la gente contempla al pasar como si nada tuviera que ver con ellxs ese espectáculo. Sin provocarles ningún sentimiento. Ni siquiera de rechazo...

7- Las asambleas, como nos demostró el curso pasado la conocida como Primavera Valenciana, se convierten en masivas en momentos de gran ebullición social. Cuando esto sucede, aquellxs que no hemos dejado de ir a las asambleas universitarias semana tras semana solemos pensar...

a) Llevo trabajando desde las asambleas durante meses y ahora llega gente que no ha aparecido por ninguna asamblea en su vida y pretende tener el mismo grado de legitimidad que yo para tomar decisiones. [Pero lo cierto es que si queremos que la asamblea sea ese espacio donde todxs somos iguales, tendremos que respirar bien fuerte y olvidar nuestro enfado para poder trabajar codo con codo con nuestrxs compañerxs]

b) Ya están aquí los comeflores estos que quieren levantar sus manos al grito de “estas son nuestras armas”, criticar cualquier mínimo acto de autodefensa, quema de contenedor, etc. [Pero lo cierto es que la mayoría de “lxs 20 de todas las semanas” somos casi igual del refors que aquellos a los que criticamos. Bajo nuestra pose de rebeldes deseamos ver la ciudad arder, nos masturbamos pensando en los disturbios de Atenas, pero ni se nos ocurre prenderle fuego a un contenedor y cuando vamos a una mani lo primero que tenemos en mente es cómo correremos delante de la policía. Porque claro, si los demás aguantasen las cargas... pero como todo el mundo corre, ¡pues nosotrxs también!]

8- Por todo ello desde el colectivo BOB apostamos por la disolución de esas aburridas y monótonas asambleas semanales.

9- Apostamos por la retirada de las asambleas para crear grupos de afinidad que trabajen por su cuenta: acciones, fanzines, comunicados, etc. Siempre buscando aquello que nos emocione, que nos haga vibrar, sentir que estamos vivxs.

10- Apostamos por sumarnos activamente a las asambleas que surgirán, casi de manera espontánea, en los momentos, imprevisibles, de explosión social. Y en esos momentos, con calma y alegría, respetaremos los tiempos de cada persona sin criticar las posturas que negativamente tildamos de bienpensantes. Tiempo al tiempo.

11- Apostamos, por supuesto, por la revolución. Pero como no estamos dispuestos a frustrarnos esperando el momento en que llegue (si es que llega), mientras compartiremos lucha con lxs nuestrxs, sonriendo, sin caer en el desánimo.


¡ALAs barricadas! ¡ALA! ¡Abajo Las Asambleas!

Colectivo BOB (Becas o Barbarie)

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