La
tinta que reconoce su caída:
nadie
puede escribir el instante de su muerte.
Yo
toco tu qué y (la música)
tú
inviertes el cómo? Zarandeándonos
en el
calabozo de las polillas.
Un
baúl sin palabras. Así,
perdidos.
Siempre
hay un silencio cuando
todo
termina.
“Donde estuviste
sigues parpadeando” (dice Jorge)
El
aleteo de todos tus pájaros en la niebla.
(a
veces digo;
Vociferando)
El
vuelo que se aleja.
q.
0 avisos desde la frontera:
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