Saboreo las golondrinas enfermas
revestidas
de tubos,
y lágrimas,
que
revolotean sobre las copas y sus confines;
silencio
(más
bien) saboreo el silencio
de
sus plumas inasibles;
cálido,
cálido
el eco y las brújulas trucadas
que
procuran una distancia perdida
a través
de su piel sin límites;
pérdida
es
esta demolición
con
la que enjuago (noche tras
noche)
los
restos de ésa piel
que lamo
entre
mis uñas.
Q.
1 avisos desde la frontera:
Tal vez sucio, tal vez real, tal vez enamorado de sangre, de la ausencia y de la herida. A Ella la has encontrado en la noche, en el polvo, en la carne; es tuya, eres suyo, eres Ella. Ahora ya puedes buscarlo a Él, y cuando lo encuentres, ya nada volverá a ser como antes, y sea(s) también (tal vez) la otra cosa.
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