jueves, 15 de noviembre de 2012

CORRESPONDENCIA

CORRESPONDENCIAS II

A Josep Sunyer,  a modo de redención.


Parece que habéis descubierto
cómo succionar el tiempo y las estaciones,
sin medir por osadía
las cicatrices al momento,

lejos quedan los días en los templos
-me parece a mí-;

esta ciudad se viste de dolor de vez en cuando,
y no todo son gaviotas en botellas de plástico,
sombras orinando en los espejos;
a veces siento que no camino por aquí

mi piel es un títere:
(dijo que sólo un rato más)

dónde están los mercenarios?

qué pasará cuando no sepa tocarla, amigo?

Lo desconozco.

Me alegran vuestras noticias: 
he visto vuestras caricaturas sobre el mar.

¡Salud por los borrachos que deciden olvidar!

Por lo demás no sé qué decirte. 
Hace unas semanas nos crecía pólvora
en las entrañas, y hoy
tengo que acostumbrarme
a explotarme los adentros,
a no escribir más cartas de amor,

a silenciarme en el ruido.

No me canso de buscarme la sangre.
De intentar un lado más amplio en algún lugar de mi cuerpo.
(No sé si tu boca sabe a tristeza).

Ya sabes a lo que me refiero.
Recogí las cosas y me marché,

y los días comienzan a ser pérdidas.

Hay dinamita en mis pulmones. Pero no te preocupes.

Por favor, saluda por allí.
Diles que nos besaremos pronto.

Que no sé 
dónde acabará 
el tiempo.

1 avisos desde la frontera:

Víktor Gómez Valentinos dijo...

bien, bien, Enrique, por la trocha y adelante!

Publicar un comentario