A Marc Delcan.
este
amar tanto y no poder
nada
contra la muerte,
pero
quizá esta muerte esté hecha para amar;
en el
club dijiste susurrando
las
curvas de tu nombre; un
ir
muriendo sin destino,
porque
las lágrimas sólo tienen
el
sentido de su caída, nada más;
se
arqueaban tus poros
resbalando
sobre el espejo,
y mis
brazos eran lengua;
amar es
un fin durante sí mismo
como las
caricias escondidas,
los
impulsos sin número;
éramos
los añicos del tiempo
y las
horas desvestidas,
y tus
caderas dibujando mi cuerpo;
en la
piel tocada
pensamos
lo imposible; la verdad
se
reduce y se inquieta y se pudre,
todo
comienza, y apenas
solamente;
eran los latidos sonando
entre
las uñas; solamente
un
recuerdo de cuando éramos líquido,
huyendo
entre la niebla
por las
calles de la ciudad;
algunos
alzamos la voz
para
sentirnos dioses,
pero tú
deseabas seguir en silencio;
la pobre
historia de los vencedores; amor,
los que
murieron
lo
hicieron por amor;
en tu
nombre
han
muerto; no digas que
esas
noche
no
íbamos muriendo
poco
a poco.
q.
1 avisos desde la frontera:
Bravo!
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